Una perla al día

sábado, 23 de febrero de 2008

Bajadas de pantalones


Últimamente vemos demasiadas bajadas de pantalones, de personajes que hacen gala de todo lo contrario. La sociedad actual favorece la pérdida de valores como la integridad personal. Siempre he pensado que ser consecuente, si no es una virtud, al menos ayuda a conciliar el sueño. Y aunque me vaya mal, pues la corriente fluye en otra dirección, mi lema personal es "Antes partir que doblar".
Pongamos tres ejemplos recientes de bajadas de pantalones sonadas:


  • - El beso de Gallardón a Doña Cuaresma. Una mezcla del beso de Tosca y el de Judas Iscariote. Dice muy poco en favor de la credibilidad del Alcalde.

  • - La de Luis Aragonés con la rueda de prensa del caso Raúl, insistiendo que no se los baja ni en los aeropuertos, mientras los demás le veíamos los zahones por los tobillos.


  • - La de Hugo Chávez, haciéndose el bueno invitando a Fito Páez y Alejandro Sanz a dar un concierto en el palacio de Miraflores, cuando anteriormente se lo prohibió en dos ocasiones.
Son numerosos los casos que podríamos citar. Recuerdo ahora el consejo de un compañero (por llamarlo de alguna forma) que citando un aforismo chino, me decía que era mejor ser junco que roble, pues el junco se mece a según la voluntad del viento mientras que el roble , si la embestida es fuerte termina rompiéndose por la mitad. Cierto es que consiguió pequeños éxitos pero con un mal sabor de boca. Para mí el junco servía en mi juventud para transportar una ristra de churros a casa, donde me esperaba el chocolate calentito de mi conciencia.

1 comentario:

compañero dijo...

"...donde me esperaba el chocolate calentito de mi conciencia"

ÉSTA SÍ QUE ES LA PERLA DEL DÍA..

P.D. Algo de lo que estoy completamente seguro, es de que el aficionado atlético, a diferencia de otros seguidores, tiene una idiosincrasia muy particular que hace extensible a su vida personal. El dolor de la derrota nos endurece, nos familiariza con ella, nos hermana como al legionario con la muerte, y nos ayuda a admitirla como posibilidad, en este juego de la vida.

Lo más importante es que, a la vez, nos permite superar el miedo a que suceda y, por ende, a no hacer dejación de nuestros principios. Solemos morir de pie día a día, semana tras semana, año tras año, desilusión tras desilusión. Otros, a cambio, se dejan mecer, vuelan rápido con viento de cola, tienen callo en las rodillas, culebrean, hablan del 5-0 y callan con el 0-3, toman oxígeno a lenguetazos (lamelibranquios), y esperan que con la "décima" puedan subir un peldaño más en la escala social, para poder convertirse en los soberanos de un reino mediocre: El bar.

Los atléticos, en el fútbol y en la vida, ponemos proa al viento, tomamos la ola de frente... y lo que tenga que ser, será. Para nosotros es mucho más importante la gesta que la victoria, el medio que el fin, los principios morales que las salas de trofeos, el corazón que la cabeza...

¡Siempre nos quedará la dignidad, y siempre tendremos un plato de lentejas para no tener que adular al César!

Un abrazo, compañero.