
Es decir primero inició impúberes seminaristas y después corrió tras las faldas de algunas piadosas feligresas.
Quizá de esos polvos (nunca mejor dicho) venga la obsesión de "La Legión de Cristo" por separar a los niños de las niñas en los colegios que les hacen millonarios y el encarnizado odio que tienen a la asignatura de "Educación para la ciudadanía".
No se que opinión tienen Michavila y Acebes, al respecto de la pecaminosa indefinición del fundador de su admirada congregación, pero yo que ellos me lo replantearía, habida cuenta que sus rivales del Opus los esperan con los brazos y los monederos abiertos.
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