Entre pulpos, vuvuzelas, banderas y su aliado el calor, nos van derritiendo las conciencias. Resulta chocante que medio mundo esté pendiente de las andanzas de un pulpo cautivo y pase su mirada por encima de los suburbios de Soweto, sin detenerse.
Resulta gracioso y significativo que el condenado pulpo acapare más atención y para algunos tenga más credibilidad que cualquier ministro o político al uso.
La conclusión es clara, nos ocurre cómo al gato hipnotizado por la luna, que dejaba pasar los ratones por delante de él. Es indecente que nos muestren por la televisión, cosas cómo "mujeres ricas" "Casadas con Hollywood" "Quién vive ahí"... y con la que está cayendo, nos lo merendemos sin pestañear.
De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por la ONU, Sudáfrica es un país, marcado por las desigualdades, donde una cuarta de la población oficialmente no tiene trabajo y vive con un euro al día atrapado por la pobreza.
Aunque el lema del país es ‘Unidad en la diversidad’, sólo algunas familias sudafricanas han acumulado ingentes fortunas, mientras que la gran mayoría no tiene nada, por cierto la mayoría son de raza blanca.
No han pasado muchos años desde aquel 1989 en el que era normal encontrarse mensajes similares al famoso letrero de madera de la playa de Durban:
“Según la ordenanza 37 del código de leyes de Durban, esta playa es para uso exclusivo de gente de raza blanca”.
Aprovechando que en la siesta las vuvuzelas descansan, que el pulpo Paul está durmiendo después del atracón de mejillones mediáticos, y que el calor no me deja siestear, vuelvo mi mirada y pienso ¿Haití?
3 comentarios:
Hola Arturo,te ha sido concedido el premio Dardos.
Si así lo deseas, pasa por mi blog a recogerlo.
Besos.
Muchas gracias Cris!
Arturo muchas gracias por el premio y muy bello tu blog!! Soy ya seguiora, enhorabuena.
Abrazos
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