Una vez más el 14 de este mes se celebrará en Tordesillas la fiesta de la crueldad. No lo digo por el sufrimiento del animal, pues podríamos entrar en disquisiciones filosóficas sobre la conciencia y la consciencia de los animales. Lo digo por aquellos bárbaros que en nombre de la cultura disfrutan con la contemplación del sufrimiento ajeno y la sangre, aunque sea de un animal.
Decenas de valientes y culturizados lugareños, se darán cita para civilizadamente hundir sus lanzas en los costados del toro, hasta conseguir su ilustrada muerte, bajo la atenta mirada de centenares de cultivados lugareños y turistas.
Personalmente esta salvajada, me parece aún peor que el famoso lanzamiento de cabra desde el campanario.
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