He leído una curiosa y simpática noticia fechada el día 5 de agosto, "Un hombre chino vende sonrisas para ganarse la vida". Esto me hace pensar que en su caso mejor que en el de ningún otro, la sonrisa es imprescindible para vivir.
Por otro lado, es triste que la mercantilización llegue hasta ese hermoso gesto. Me he dado cuenta de que soy rico, muy rico, pues conservo en mi memoria la primera sonrisa de mi hija y la cotización bursátil en este nuevo mercado alcanza una de las cotas más altas.
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