Dando una vuelta por el Covent londinense, me encontré con la música en cada uno de sus rincones. Magníficos intérpretes anónimos que trabajan en la calle regalando arte y alegría, dando vida a una ciudad seria, oscura, que a veces tiene aspecto de mausoleo.
A mi regreso, buceando en los cientos de correos atrasados que debo contestar, alojado en uno de mi buen amigo José Félix Mata vuelvo a encontrarme con la dulce música en un vídeo que recomiendo sin dudar.
Abstenerse aquellas a quien no les guste el azúcar.
2 comentarios:
Wow ¡Qué duro ver eso sin poderlo echar el diente! Una mezcla genial y sugerente.
¡El Covent Garden!¿Negocios o placer?
Estoy deseando ver las fotos.
Placer, un gran placer.
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