Una perla al día

jueves, 14 de mayo de 2009

El cliclista clavado

Es inmensa, la cantidad de personas que prefieren quedarse ciegas, con tal de que dejen a su vecino tuerto.
Ahora que hablan de los brotes verdes de la economía, de que hemos tocado fondo y empieza un tímido ascenso, los hay que prefieren cercenarlos de raíz en pro de un supuesto beneficio propio a corto plazo.
Los empresarios españoles, con una formación empresarial, precaria en su mayoría, han preferido despedir trabajadores y manufacturar en Asia, sin caer en la cuenta de que sus clientes son precisamente aquellos a quienes despiden, buscando el pan para hoy y sembrando el hambre del mañana.
Ver a Camps sonriente presidiendo junto a los "reyes" la final de Copa, ajeno a las salpicaduras de corrupción y observar que en el palco, todo eran sonrisas y compadreo, produce sonrojo, desconcierto y una cierta sensación de flojera cómo la del ciclista solitario que se clava en la subida .
Siempre he defendido y defiendo la presunción de inocencia, pero esa defensa no está reñida con la ética y el famoso "Sed non casta, tamen cauta" de la mujer del César, si no más bien al contrario.
Por lo tanto, aunque los lodos que trajeron aquellos polvos, no manchen su traje nuevo, cuando camina de puntillas sobre el albañal en el que han convertido la política, debería al menos procurar más parecer que aparecer.
No se me oculta, que cómo defensa de estos personajes, algunos embarren y pongan en marcha el ventilador de las cloacas y aventen nombres antagónicos. Cómo si un robo justificara otro. Lo lógico, a mi entender es que nos olvidaramos del color del paraguas que los cobija, y los expulsaramos de la política de una vez por todas.
Es preferible romperse pedaleando que caer en la indiferencia que los sostiene.

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