Una perla al día

viernes, 6 de junio de 2008

La extraña primavera




El miércoles junto al corte inglés de Serrano (paradigma del consumismo) para mi sorpresa había florecido una extraña primavera de amapolas de tela. Unas azafatas tipo, se encargaban de aromatizarlas artificialmente y hacían fotos a las potenciales consumidoras a cambio de un ejemplar de la flor sintética debidamente perfumada.

Me quedé mirando la escena, cargada de simbología. Arriba presidiendo el cuadro el logotipo de un banco, símbolo del poder absoluto. Abajo olvidadas las casetas de los libros. En el centro las chicas contratadas por la firma, perfectamente maquilladas y claro exponente del triunfo de lo superficial sobre la busqueda del conocimiento. A la derecha se pueden distinguir vagamente, unos columpios sin niños, colocados con toda seguridad, como reclamo. En primer termino, dominando la composición, la mentirosa primavera y dando la espalda a la realidad una compradora.

La foto la tomé a medio día, pero he jugado un poco con ella , me parecía interesante añadirle algo más de dramatismo y quitarle luz a esa mentira. Deliberadamente he suprimido el logo del banco, sumiéndolo en la noche.
Ahora, que el último del cuarteto de jinetes, ha montado de nuevo su caballo negro y cabalga orgulloso junto sus compañeros la guerra, la enfermedad y la muerte, amparados por la maldita globalización, resulta más sangrante la inmersión en el lujo superfluo en busca de una felicidad fingida y torticera.
Muchos de los que han ensamblado, cada pétalo de las absurdas amapolas, seguramente vean de cerca al terrible caballero, y algunos terminen conociendo a los cuatro.

La solución sería aplicar aquel patético chiste/slogan: "Combata el hambre y la pobreza, cómase un pobre."

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