La justicia, según recuerdo de cuando estudiaba Derecho Natural, se basa en darle a cada uno lo suyo mediante el establecimiento de reglas que faciliten la convivencia entre los individuos de una sociedad.
Si Temis levantara la cabeza y por un momento se quitara la venda, se horrorizaría al contemplar algunas tropelías que en su nombre vienen perpetrándose.
Pongamos un caso reciente. Velando siempre por el derecho de una niña a su felicidad y pleno desarrollo, un juez de la Audiencia Provincial de Guadalajara, la condena a que cada 15 días sea llevada a un punto de encuentro y pase allí tres horas en compañía de una señora, (desgraciadamente por accidente su abuela) que nunca ha demostrado afecto por nadie que no fuera ella misma.
Estos encuentros contribuirán al normal crecimiento de la niña, que de otro modo permanecería ajena al racismo, la xenofobia, el egoísmo, el rencor y el integrismo religioso. Virtudes todas ellas que adornan a la desvalida abuela que se presentó en el juzgado acompañada de testigos que nunca han visto a la niña.
Por extensión la sentencia condena a los padres de la menor a trasladarla a 16 km de su domicilio dos veces al mes, y admitir estás injerencias tan beneficiosas en la educación de su única hija so pena de cárcel.
Hoy los políticos, en plena campaña, dicen que lo que realmente importa es la economía doméstica y no la macroeconomía. Trasladando el argumento diré que lo que realmente tenía que alarmar, escandalizar y movilizar a la sociedad, no son decisiones jurídicas controvertidas, como la del terrorista Dejuana Chaos, sino las centenares de sentencias anónimas como la que he descrito, tan alejada del derecho natural como del sentido común.
En verdad como dice Nozal en su web http://www.nozal.com/pintura/artdolar/dolar11.htm
"la diosa Justicia se ha convertido en una ramera que ve, seduce y cobra"
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