Tal día cómo hoy en el año 322 adC muere Aristóteles y esta efemérides quizá sea apropiada, para detenernos a pensar.
El libro que estoy leyendo " Conversaciones sobre política, mercado y convivencia" contiene numerosas incitaciones al uso de esa facultad humana, tan poco usada en estos tiempos. En él José Luis Sampedro, le dice a Carlos Taibo: "Vivimos en un sistema económico para el cual el hombre es secundario, salvo como medio de producción y agente de consumo".
No puedo estar más de acuerdo, se nos educa para ganar dinero, se nos inyectan necesidades y se nos pone a consumir desenfrenadamente. Actualmente vivimos en sociedad, pero en absoluto en comunidad y si por casualidad se nos despierta la conciencia, se nos facilitan herramientas para tranquilizarla, (ONGs, Cruz Roja...).
Sin forzar el intelecto, no vaya a ser que me explote (tampoco estoy acostumbrado a su uso habitualmente) me he preguntado que hago para evitarlo y mi respuesta no me resulta grata.
Un dato que facilita Taibo en el citado libro: el PNUD (programa para el desarrollo de las Naciones Unidas) en 1997 reclamaba gravar con un livianísimo impuestos, de sólo el 4%, las 225 fortunas mayores del globo. Según el PNUD, de cobrar cuerpo semejante impuesto se podrían recaudar 40.000 millones de $ cada año, cifra suficiente para encarar los problemas más graves del planeta en materia de sanidad, alimentación, educación y agua.
Mejor lo dejo que la falta de costumbre me está calentando las nefronas y se me pueden desconectar las cuatro neuronas que los gintonics adolescentes me dejaron vivas, pero cómo dijo Bacon (el tocinillo no, el otro) "Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde".
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