Todo depende de cómo se mire. Podemos verlos cómo siniestros carroñeros que basan su supervivencia en la muerte de otros, o por el contrario podemos verlos cómo sacrificados técnicos del reciclaje ecológico.
A mi este, me pareció simpático, a pesar de su cautiverio. Además no nos cobran tasa de basuras. Me recuerda a un camarero de un bar que frecuentaba "in illo tempore" en el que fui golfo.
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