Para mí con independencia de lo que diga el calendario, el otoño no empieza hasta que el suelo se empieza a llenar de hojas amarillas. No comienza hasta que distingo mi reflejo en un charco, y siento el frío en mis manos.
Hoy me he quedado en casa, y he pasado la tarde haciendo fotos de hojas rescatadas del jardin. Cada día que pasa estoy más loco.
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