Anoche me deleité con La Bohéme de Puccini en el Buero Vallejo de Guadalajara. No es una de mis favoritas pero me gusta el Buero. En él, la ópera es más de andar por casa, hay menos snobs, menos urracas envisonadas y menos Armanis con look casual. Es cierto que hay algunos aplausos a destiempo y que no falta la inevitable excursión de tísicos con sus toses. Señores hay que venir tosido de casa. Él público del Buero suele ser muy agradecido con la ópera y trata a los tenores que a el acuden cómo al mismísimo y añorado Pavarotti. En este pequeño teatro de provincias se saborea la cercanía imposible en otros escenarios.
Fue una interpretación más que digna y la orquesta estuvo a una gran altura, acompañando a una enorme Mimí a quién auguro una excelente carrera.
No quiero parecer un crítico, simplemente decir que disfruté mucho con este montaje de Ópera 2001, y no me dolió sacrificar la visión televisiva del partido de mi Aleti (que por cierto perdió con el Bolton) que dada la escasez con la que se prodigan era un acontecimiento.
Reparto:
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